Gijón vivió una velada inolvidable con War 7, un evento que reunió a algunos de los guerreros más duros del panorama nacional actual.
El público abarrotó el recinto con una mezcla de expectación y pasión, y The Black Panther Gym no defraudó: nuestros luchadores dejaron claro que el trabajo duro y la disciplina dan frutos sobre el ring.
Uno de los momentos más intensos de la velada lo protagonizó David “The Boogeyman” Hervías, quien se enfrentó a Jonathan Venancino, un rival con fama de roca humana, especialista en encajar golpes sin retroceder un milímetro. Desde el primer asalto, ambos intercambiaron combinaciones salvajes, levantando a los aficionados de sus asientos.
Hervías descargó sobre el luchador peruano todo su arsenal: directos precisos, ganchos demoledores, codazos y rodillazos que una y otra vez impactaban sin piedad en el rostro de su oponente y un ritmo incesante que parecía no tener fin. Sin embargo, Venancino demostró por qué es considerado un auténtico guerrero, soportando castigos que habrían derribado a cualquier otro luchador.
La pelea fue declarada la mejor del evento, un reconocimiento más que merecido para dos luchadores que convirtieron el ring en un campo de batalla. Hervías salió ovacionado por el público, no solo por su contundencia, sino por su corazón y su capacidad para mantener la presión hasta el último segundo.
Si la pelea de Hervías fue la más emocionante, Jesús Ela firmó el golpe de la noche. Enfrentándose a Adrián Gálvez, demostró no solo potencia, sino también nobleza. Con una precisión quirúrgica, encontró el hueco perfecto para conectar un impacto letal que dejó sin opciones a su rival.
Pero lo que marcó la diferencia no fue solo el KO —elegido el mejor de la velada—, sino la actitud de Ela. En lugar de lanzarse sobre Gálvez para rematar la faena, mostró respeto y contención, evitando golpear innecesariamente a un adversario ya vencido. Un gesto que define no solo a un gran luchador, sino también a un verdadero caballero del deporte, además de representar fielmente los valores del TBP Gym.
La noche también dejó espacio para el esfuerzo incansable de Oliver Buendía, quien se midió ante William Loussala en un combate muy igualado que se decidió a los puntos. Aunque la victoria no cayó de su lado, Buendía ofreció una actuación valiente, manteniendo la intensidad hasta el final y dejando claro que su progreso sigue firme y que volverá más fuerte.
War 7 demostró que el nivel de las MMA en España está más alto que nunca. Para The Black Panther Gym, fue una noche de emociones encontradas pero, sobre todo, de orgullo. Hervías y Ela brillaron con luz propia y dejaron claro que el gimnasio es sinónimo de entrega, talento y respeto.
El rugido de The Black Panther Gym sigue resonando. Y después de lo visto en Gijón, nadie duda de que lo mejor aún está por venir.
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Las artes marciales y las galletas no nos llevamos bien, por eso en
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